

Bueno, pues hoy va de hijos de la grandísima puta.Y conste que muestro mi más sincero respeto por las putas, conozco muchas y tienen un trabajo que solía discutir con ellas cuál era más duro, si el suyo o el mío (decían que los más duros eran las tres P, putas, periodistas y policías) De buen grado aceptamos ambas partes siempre que hijo puta era una expresión demasiado española y demasiado arraigada como para hacerla desaparecer o ellas (las putas) tomárselo a mal.
Pero volviendo al tema, que me lío.
Éstos días van cayendo (como todos y como siempre, más tarde o más temprano) unos cuantos hijo putas, pero hoy me animo a escribir porque me toca el corazón. En honor a Vidal, un chaval que conocí (como a Irene o a Juan Carlos en Sallent y en Leiza).
Así que ahí va mi más sincero homenaje a los compañeros muertos, y a los vivos que siguen en la lucha contra los hijoputas de todo tipo. No sé cómo aún tienen aguante.
Soy Bedia, Anselmo, no me jodas que estuviste en Leiza, yo tuve en Elizondo e iba a veces por el cuartel de Leiza...
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